Quantcast
Channel: Chinitis » gansu
Viewing all articles
Browse latest Browse all 10

Tibetanos

$
0
0

El día que las estadísticas hablen con la certeza que el sol se pone cada tarde sabremos qué porcentaje de la gasolina que se vende en Tíbet ha servido para quemar a lo bonzo los cuerpo de ciudadanos tibetanos que siguen siendo ninguneados por la plebe mundial, aquella que sólo reclama justicia para lo que ya la tiene, y que sólo mueve el culo si la bandera de su región no está lo suficiente visible o su equipo de fútbol ha padecido un injurioso arbitraje.

Tíbet arde. Con más de un centenar de sus pobladores desaparecidos de los sistemas informáticos de la legalidad donde seguimos estando los vivos. Garrafa de gasolina, mechero y silencio absoluto. Si acaso alguna pancarta reivindicando la libertad para su pueblo o al menos, que cese la presión del gobierno de Pekín hacia su población, cultura y tradiciones.

Para el que se apunte a esta bitácora en estos mismos momentos –o para los que andan flojos de memoria, a posta o sin quererlo– recordar que la región que anuncian en Pekín como autónoma pero que no lo es (Tíbet) así como zonas tibetanas extirpadas para repartirlas por otras provincias tales como Sichuan, Qinghai y Gansu – de Xinjiang ya hablaremos en otro momento, aunque ya advierto que en términos parecidos– padecen desde hace décadas, y muy especialmente en los últimos dos años, una revuelta singular en donde para intentar llamar la atención del mundo sus pobladores se queman a lo bonzo en una de las muertes supuestamente más llamativas que existen, por el horror y el dolor que produce. Por supuesto, ni esta forma ultra de irse al otro barrio ha sido suficiente excusa para que gobiernos primermundistas, diplomáticos de esos gobiernos que arrastran sus dignidades por suelo chino, así como esa suerte de periodistas que saben muy bien que cruzar la línea roja –en este caso hablar sobre el tema en demasía, y sobre todo, visitar Tíbet– conlleva la expulsión del país, hayan movido un dedo. Un mísero dedo.

Hace una semana se produjo la primera muerte en lo que llevamos de 2014. Su nombre: Phagmo Samdrub. Edad: 29. Lugar: Dokarmo, ciudad perteneciente al condado de Tsekhog (Zeku en chino mandarín), prefectura de Malho (Huangnan en mandarín). 126 son los inmolados desde que hace algo más de dos años los tibetanos decidieran dar un paso adelante ante la creciente presión del gobierno chino. Xinhua, la agencia del Partido Comunista, nunca informa de este tipo de noticias. Y los políticos chinos, menos, que si acaso tildan de “terroristas y separatistas” a los tibetanos, pueblo caído en desgracia tanto para la República Popular como para un resto del mundo al que parece que sólo se pone caliente cuando ve al Dalai Lama tomando café con Obama. El pasado mes tres jóvenes tibetanos fueron sentenciados a dos años de cárcel por haber estado preparando una inmolación conjunta en la provincia de Gansu.

Coinciden todos estos acontecimientos con la muerte en prisión por presuntas torturas del joven de 21 años Konchog Drakpa, que fue detenido hace un año como uno de los líderes de una protesta contra mineras estatales chinas que estaban abriendo en canal la montaña Naglha Dzambha, considerada sagrada por el pueblo tibetano.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 10

Trending Articles