Quantcast
Channel: Chinitis » gansu
Viewing all articles
Browse latest Browse all 10

Despiadados

$
0
0

Una mujer tibetana se prende fuego –con ella ya son quince las que se han quemado por el lado de las féminas que sumando a los hombres alcanza la terrorífica cifra de 110- y la policía china intenta simular que aquello había sido una más de la mal llamada ‘violencia de genero’, que cada vez que escucho ese término creo ver a mercancías agrediéndose mutuamente en el Mercado de Chamartín.

Ser despiadado no es sólo un delito, sino una actitud que en China toma fuerza según qué cargo de altura tenga el despiadado. Y si tomamos como posible al PCCh en su rama tibetana, podemos llegar a conclusiones macabras que deberían ser estudiadas en alguna de esas universidades proclives a dar clases de humanidad saltándose la esencia de lo contrario a la misma.

Kunchok Wangmo, de treinta y un años de edad, murió tras prenderse fuego en Aba, zona tibetana de la provincia de Sichuan, que como su vecina Gansu, recibió parte del Tíbet en un reparto del gobierno de Pekín que tenía una clarísima intención: separar a los tibetanos, debilitarlos, inutilizarlos.

Tras prenderse fuego, la policía se hizo con el cadáver de la mujer el cual ocultó durante días para luego quemarlo y entregárselo a sus familiares. Como a las familias de los ajusticiados por pena capital acaban cobrándoles la bala utilizada en el ajusticiamiento no sería de extrañar que la incineración la haya tenido que pagar el marido de la señora, Dolma Kyab, el cual por cierto está detenido por haberse negado a firmar un documento policial en donde decía que la muerte se había producido en el transcurso de una disputa conyugal. Tras este intento fallido de las cloacas del estado chino uno se pregunta cuántas muertes habrán sido manipuladas y cuántos inocentes llenarán las cárceles de un país que causa completo bochorno.

Tíbet sigue ardiendo y nadie mueve un dedo por ellos. Las muertes de personas, como la de los cerdos que siguen apareciendo flotando en las miserables aguas del Huangpu -¡ya van trece mil!-, son ninguneadas por todos al unísono, por la debacle de una humanidad con la vista puesta en Cupertino, donde sólo arden las tarjetas de crédito y las pantallas táctiles, culpables del abandono a unos clítoris que antes se asediaban y que ahora andan de capa caída.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 10

Trending Articles